La depilación es un proceso que se lleva a cabo para eliminar el pelo que recubre la piel. Lo habitual es que se desarrolle sobre ciertas regiones corporales que, por motivos estéticos, sociales o higiénicos, se pretenden mantener sin vello. Al depilarse, por lo tanto, el ser humano busca quitar el pelo que no desea que cubra su cuerpo.

Las zonas a depilar varían según cada cultura y dependen del género, aunque también están vinculadas a las intenciones y las predilecciones de cada persona. Con la cera caliente se favorece la extracción del pelo, debido a que la alta temperatura hace que el poro se dilate liberando el vello de manera fácil e indolora. El vello se debilita desde la primera depilación y se va volviendo mas fino y débil, de tal forma, que con el paso del tiempo y siendo constante, deja de crecer y desaparece.

Para utilizar la cera caliente, tu vello debe haber crecido al menos, 2 milímetros. La cera empleada será al aceite de oliva, muy indicada para pieles secas ya que presenta un tiempo de secado medio. La cera tibia es el mejor sistema para depilar las piernas con problemas de varices, arañitas vasculares o simplemente con mala circulación sanguínea.

Su temperatura es igual que la del cuerpo y, por lo tanto, no quema ni dilata la piel. Dura de tres a cuatro semanas y es muy higiénica. La cera de pino natural empleada en estos tratamientos presenta una textura que permite ser aplicada en capas muy finas, y por tanto, perfecta para depilar grandes zonas.

Todos los productos utilizados son naturales, respetando así las propiedades naturales de la piel.