El quiromasaje es la acción que consiste en presionar, frotar o golpear rítmicamente con las manos y con la intensidad adecuada, determinadas regiones del cuerpo (principalmente las masas musculares) y con fines descontracturantes, de relajación, etc. Se pueden realizar, entre otras manipulaciones, amasamientos, fricciones, percusiones, pellizcamientos, effleurage, tecleteos, vibraciones, clapping y dentro de cada una de esas manipulaciones, sus diferentes variantes. Por los efectos comprobados que produce su aplicación en las personas se lo considera un importante agente en la regulación de la energía vital, además de:

• Liberar la tensión superficial de la piel.
• Inhibir las tensiones y favorece la contractilidad muscular.
• Ayudar a estimular, alimentar y reforzar los músculos.
• Aumentar la velocidad y fuerza del aporte sanguíneo, forzando el arrastre de células muertas y productos de desecho.
• Estimular el sistema nervioso.
• Aplacar el estrés y las tensiones.
• Disminuir el cansancio físico y mental.
• Resulta sedante y relajante.

Los tratamientos que utiliza el quiromasaje presentan diferentes beneficios, que han evolucionado desde las técnicas de relajación bien sencillas, que ayudan a mejorar nuestro descanso y sueño, hasta el desarrollo especial de otras técnicas más complejas y que resultan ser ampliamente efectivas a la hora de la eliminación del dolor y las diversas molestias que puedan situarse en nuestro organismo. La duración de un quiromasaje es indeterminada, dependiendo los casos, si bien no es aconsejable una duración superior a una hora. En ocasiones se puede precisar de más de una sesión para paliar la dolencia.